El Espolón Calcáneo es un crecimiento anormal del hueso en la parte interna del talón.
Cuando sufre de Espolón Calcáneo habitualmente el paciente acude a nosotros diciendo que tiene un dolor muy invalidante por la mañanas cuando comienza a caminar. A medida que camina se le va pasando, y vuelve otra vez después de haber estado sentado o tumbado.
El Espolón de Calcáneo es una calcificación en la inserción postero-medial de la aponeurosis plantar, o lo que es lo mismo, un crecimiento óseo anormal en la parte interna del talón. Radiográficamente, en la mayoría de los casos, suele ser como una espina de rosa en la parte plantar del talón.
¿Por qué se produce?
El origen del espolón es una irritación de dicha aponeurosis plantar (o fascia plantar) que en su unión al hueso produce células óseas, formando así la “espina”. La aponeurosis es una estructura «tendinosa» nacarada que va desde el talón hasta detrás de los dedos, con función de amortiguación y sujeción de la bóveda plantar (junto con otras estructuras). Podría ir acompañada de una fascitis plantar, ya que la zona irritada en cuestión es esa “fascia”.
La irritación se puede producir por diversas causas:
- Traumatismos de repetición
(Como subir y bajar constantemente una escalera plegable) - El uso del calzado
(La altura del tacón tensa la fascia y la irrita) - Cambios en el hábito deportivo
(Hacer más kilómetros que de costumbre) - En el hábito diario
(Pasar más horas de pie que de costumbre)
Sin embargo la más habitual es la forma de pisar. Un exceso o carencia de arco plantar (pie con mucho puente/pie plano) podría irritar la aponeurosis del mismo modo que una mala forma de pisar por la torsión que provoca en la estructura.
En este diagnóstico observamos un desplazamiento de la carga hacia la parte interna del pie, lo que produce una torsión de la aponeurosis, inflamándola e irritándola, produciendo el espolón.
¿Dejará de dolerme? ¿Tiene tratamiento?
Hay que resaltar que el Espolón Calcáneo en sí no duele. El dolor se produce por la presión y la inflamación que provoca en las estructuras adyacentes al pisar, y también la propia inflamación de la aponeurosis. Por eso en el tratamiento hay que diferenciar dos fases:
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Primera fase:
Durante esta fase nos centraremos en eliminar o disminuir el dolor. Utilizaremos todo el abanico de tratamientos a nuestro alcance:
-Farmacología (antiinflamatorios)
-Homeopatía (de forma oral, tópica o en infiltraciones)
-Vendajes neuromusculares (Kinesiotaping)
–Plasma Enriquecido con factores de crecimientoEs muy recomendable también la terapia con otros profesionales como fisioterapeutas para reducir este dolor.
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Segunda fase:
En la segunda fase nos centraremos en que no vuelvan a aparecer los síntomas, y para ello trataremos el origen de la dolencia.
La idea es controlar la forma de pisar para frenar la torsión, y mantener el arco para evitar la tensión y elongación de la fascia. Para ello crearemos soportes plantares orto-podológicos.
Tras realizar una completa exploración articular, muscular y biomecánica (tanto en estática como en dinámica) fabricaremos los soportes a medida y necesidad del paciente, primero realizando un molde de los pies del paciente. Una vez rellenos los moldes habremos conseguido una copia de los pies de nuestro paciente, y sobre ellos trabajaremos con materiales de diferente dureza para adaptarnos a las necesidades de cada caso y paciente.
Uso diario de las plantillas
Estas plantillas se convertirán en el mejor aliado del paciente, y deberá usarlas dentro de su calzado de forma habitual para compensar la forma de pisar, y así eliminar la irritación y el dolor.
Podemos decir que es una solución muy efectiva para controlar el dolor y evitar que el paciente vuelva a tener molestias. Además el uso de las plantillas aporta otros beneficios posturales que nos ayudarán por ejemplo a evitar molestias en la columna vertebral.
Sin embargo hay que decir que el uso de las plantillas no eliminará el espolón calcáneo formada en el hueso, y aunque no es en absoluto habitual ya que el paciente normalmente no vuelve a tener molestias, en casos extremos se puede recurrir a la cirugía para eliminar el espolón de forma permanente.
Con la llegada del calor y el verano es habitual (aunque nunca recomendable) liberar el pié del calzado cerrado y comenzar a usar chanclas y sandalias. Para poder seguir usando las plantillas podemos recurrir a trucos como sujetarlas con una tira de velcro dentro de nuestra sandalia para que no se muevan, y así podemos cambiarlas de un calzado a otro y continuar nuestra vida sin molestias.
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