Quiropodia: Callos, Durezas y Uñas
El pan nuestro de cada día, denominamos Quiropodia al acto de eliminar callos y durezas y al cortar y fresar las uñas. Sin lugar a dudas sería lo que nos une a nuestros antecesores los callistas. Las durezas y los callos son síntomas de un exceso de presión, en el caso de la dureza una presión difusa y en el caso del callo una presión más concreta.
Por tanto podríamos decir que tener una dureza o un callo es sólo la punta del iceberg, porque implica un problema más serio de lo que a priori parece, ya que nos demuestra la necesidad que tiene el cuerpo de defenderse de una agresión externa. Estas agresiones suelen ser conflictos dedo- dedo (callos entre dedos), dedo- zapato (callos encima de los dedos) o hueso-suelo (durezas o callos en la planta). Asimismo una alteración de la marcha o de la pisada también provoca conflicto, y por tanto, problemas dérmicos.
Tratamientos clínicos
Papilomas, hongos, espolón de calcáneo, fascitis plantar,…
Dentro de la clínica podológica podríamos englobar todos los problemas que se sitúan de tobillo para abajo, desde un «simple» callo, hasta un juanete, pasando por hongos, papilomas (o verrugas plantares) o espolón de calcáneo. Disponemos de un amplio abánico de tratamientos para todas estas alteraciones. Algunas propias de la profesión como las plantillas o la cirugía y otras «prestadas» de otras profesiones como la homeopatía o los vendajes musculares (kinesiotape), aunque siempre teniendo en cuenta el alcance de nuestro conocimiento y sin sobrepasar nunca nuestra limitaciones.
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