La Fascitis Plantar es una lesión tan molesta como habitual en el corredor.
¿Qué es la Fascia Plantar?
La fascia plantar es un tejido grueso conector que se extiende desde el talón hasta los dedos del pie y es responsable de apoyar el arco del pie, muy similar a un amortiguador. Cuando la tensión en este tejido aumenta, el resultado doloroso es la fascitis plantar. Esta dolencia generalmente se desarrolla lentamente, afecta a un pie y es más común entre los corredores de larga distancia.
Saber como tratar adecuadamente este visitante no deseado puede ser la diferencia entre un retraso largo o relativamente corto en tu entrenamiento.
¿Cuál es la causa de la Fascitis Plantar?
La causa específica de la fascitis plantar en cada corredor es difícil de determinar. Para intentar entender como se produce esta lesión, imagina que la bóveda plantar de tu pie es un arco y la fascia es la cuerda del arco. Si al intentar tirar una flecha tiras demasiado de la soga, correrás el riesgo de que se dañe o se corte. Algo parecido sucede con la fascia.
Los daños repetitivos sobre la fascia plantar, son los que generan los síntomas de esta molesta lesión.
Sin embargo las causas de estos daños pueden ser diversas. Músculos de las pantorrillas acortados o falta de estiramientos de la zona, músculos de los pies débiles, nudos musculares, un aumento del volumen de entrenamiento son algunas de las típicas causas.
¿Se puede evitar?
No hay ningún cuidado infalible para no padecerla, sobre todo en el caso de corredores ya que están muy expuestos a ella, sin embargo si que hay una serie de consejos para intentar evitar que aparezca:
- Evita el sobrepeso, a menos peso, menos va a padecer el pie.
- Cuando salgas a correr, procura que sea sobre superficies lisas, llanas, y blandas.
- Utiliza un calzado adecuado para cada superficie.
- Si sufres fascítis plantar después correr puedes aplicar frío en la zona.
Ya la padezco, ¿Qué puedo hacer?
La Fascitis Plantar puede ser una lesión difícil de eliminar si se tarda demasiado en comenzar a tratarla. Por ello, es importante ser rápido y ante las primeras molestias iniciar un plan de prevención o de tratamiento.
Intenta no ponerle remedio o plantillas por tu propia cuenta. El paso más importante es evaluar el alcance de la lesión para después elegir un tratamiento adecuado. Consulta siempre con un podólogo profesional para no agravar la lesión.
En el proceso de recuperación distinguimos dos fases:
- Primera Fase: Eliminar o disminuir el dolor local. Se pueden usar para ello medicamentos anti-inflamatorios, vendajes, estiramientos, fisioterapia, tratamientos de frío/calor, etc.
- Segunda Fase: Evitar la irritación de la fascia plantar (o aponeurosis plantar) mediante el uso de plantillas o soportes plantares. En el caso de que se haya producido una disfunción muscular, se deben combinar las plantillas con el tratamiento fisio-terapéutico.
Una de las causas más importantes de la fascitis plantar es un apoyo incorrecto del pie. De ahí que las plantillas jueguen un papel muy importante en la prevención y alivio de la fascitis y el espolón calcáneo.
En las primeras etapas de la fascitis plantar es posible obtener resultados positivos con plantillas. Las plantillas, abarcan la totalidad de la planta del pie, con lo que ayudan a un apoyo correcto.
Mediante moldes del pie del paciente es posible crear plantillas personalizadas con un espesor mínimo, diseñadas específicamente para aliviar la tensión de la fascia de ese cliente y esa lesión concreta.
Sin embargo las plantillas no siempre serán el remedio correcto ya que cada caso es específico. De ahí la importancia de acudir rápidamente a un profesional para iniciar un tratamiento adecuado, que podría derivar en cirugía en los casos más graves aunque poco frecuente.
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